Cuentos Seleccionados - 2012

La caracola sentimental

Había una vez un señor llamado Colin, que le encantaba ir a caminar por las playas de hawai, porque siempre encontraba hermosas caracolas.
Un día caminando en la playa encontró una caracola que cambiaba de color y además birillaba. El se sorprendió al verla, dijo - wow, ¡qué hermosa caracola! - ¡la llevaré conmigo!
y así lo hizo...
Al llegar a su casa, la miró y como era su costumbre, apoyó su oreja en la caracola , como lo hacía con todas las caracolas que encontraba en el mar. Al hacerlo, escuchó un sonido muy peculiar, era como si estuvieran rompiendo las olas y un sonido salía detrás de ese.
Colin se asustó y la soltó, dejándola caer sobre la arena, nunca antes había escuchado un sonido así dentro de una caracola de mar.

- Estoy asombrado - se dijo a si mismo

En ese momento la caracola comenzó a temblar y por curiosidad volvió a agarrarla. Cuando la tocó la caracola se puso de color marrón.
Fue entonces cuando Colin comprendió que esa caracola, diferente y más bella que las otras, cambiaba de color según el humor del que la tocara...

Matilda Di Gregorio
5° Grado
Escuela Marcos Sastre

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Cuentos Seleccionados - 2012

En busca de las perlas negras

En San Francisco, en 1940, había una mujer llamada Jenifer a quien su madre al morir le dejó toda su herencia.
La madre tenía guardado un profundo secreto "Las perlas negras".
Ni su hija sabía que ese tesoro existía en su hogar.
El día en que su mamá murió, después del funeral Jenifer invitó a su casa, a cenar, a todas las personas que asistieron.
Todas las pertenencias que su mamá le había dejado, Jenifer las guardó en un cuartito. Todas menos una cajita dorada que puso dentro de una caja fuerte...
Esa noche su prima, que estaba en la cena le preguntó qué había en esa cajita que era tan especial y estaba separada del resto de las cosas. Jenifer no supo que decirle, entonces ambas fueron a la habitación y abrieron la caja fuerte. Jenifer tomó la cajita entre sus manos y se la mostró a su prima, quien quedó encantada al ver su contenido - ¡Son perlas negras! - dijo su prima  y Jenifer al ver que le gustaban, le dijo que se quedara con ellas.
Lo que ninguna de las dos sabía, era que las perlas eran sagradas y estaban malditas. Cuando su prima las tomo en su mano desapareció y se convirtió en polvo.  Jenifer agarró el cofre y lo tiró para que nadie más las tocara y creo que así pasó pero nunca más volví a ver a Jenifer.

Milagros Barrionuevo - Valentín Carlo
5° Grado
Escuela Marcos Sastre

2 comentarios:

  1. Que buen cuento, ademas, el nombre esta muy bien pensado.

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  2. Milagros sos una genia!!
    Me encanto el cuentito :)

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